Había mucha expectación en torno a la aparición de este nuevo disco de The Rolling Stones tras más de diez años de su último trabajo de estudio y más aún al conocerse que en él trataban de recuperar sus raíces blueseras haciendo versiones de algunos temas que afortunadamente no se encuentran entre los más machacados por otros.
Lo primero que destacaría es que Mick Jagger asume todo el protagonismo vocal y únicamente toca la armónica en aquellas canciones que la incorporan (que son unas cuantas). El resto de la banda en su papel habitual (incluido Darryl Jones, bajista que se incorporó tras el abandono de Bill Wyman a principios de los '90) aunque bien es cierto que arropados por algunos músicos que contribuyen en buena medida a que el resultado final sea más equilibrado y rotundo. Ellos son Chuck Leavell y Matt Clifford en los teclados, Jim Keltner que aporta percusión en un tema y Eric Clapton que colabora en dos porque la casualidad quiso que cuando los Rolling Stones se pusieron a grabar el disco en los British Grove Studios, de Londres, él se encontraba en los mismos estudios ultimando su último disco publicado I Still Do y así surgió la oportunidad de incorporarse a la grabación.
No sé que opinarán los incondicionales de los Rolling acerca de este disco que se aparta no poco de su línea tradicional, pero a mi me ha parecido un buen detalle este homenaje al blues de Chicago.
