Como el objetivo de este blog no es dejar sesudos comentarios sobre los artistas ni profundas disecciones técnicas de su música, sino simplemente comentar las novedades que me parecen más destacables dentro de mis preferencias con toda la subjetividad que ello implica, pues precisamente por eso no puedo entender ciertos comentarios encontrados en otros sitios a raíz de la publicación de Muddy Wolf at Red Rocks, de Joe Bonamassa. Críticas por su excesiva presencia en el mercado, bien por sus propios trabajos bien por sus colaboraciones con otros artistas; críticas acerca de su dispersión de estilos (???????), incluso críticas a su excesivo merchandising que tiene a la venta en sus conciertos y sitios de Internet (vamos, que se le acusa de pesetero). Y lo traigo aquí a colación no porque sean muchos los que así opinen sino porque puedo entender la crítica musical basada en el análisis de lo que se oye, no en aspectos ajenos a eso.
Pero en fin, la cuestión es que ya tenemos en la manos este concierto que se celebró en Septiembre de 2014 en forma de homenaje a Muddy Waters y Howlin' Wolf con una superbanda que, aparte de Joe Bonamassa, estuvo compuesta por Anton Fig (batería), Michael Rhodes (bajo), Reese Wynans (órgano y piano), Kirk Fletcher (guitarra), Mike Henderson (armónica) más una sección de metales formada con Nick Lane (trombón), Ronald Dziubla (saxo) y Lee Thornburg (trompeta) dando un somero repaso a algunos de los temas clásicos de esos dos iconos del blues y con la inclusión sorpresiva de alguna cuña con la voz original de los propios homenajeados (cosas de la producción de ese monstruo que es Kevin Shirley)
Un disco (dos) espectacular como no podía ser menos viniendo de quien viene.
