Desconozco las fuentes en que se basan los insistentes rumores acerca de que éste sea posiblemente el último disco de Black Country Communion que vea la luz. Sería una gran decepción ver desaparecer una banda que ha recuperado el mejor rock que hemos conocido en tiempos pasados y nos lo ha servido además con enorme calidad. Pero también es cierto que la historia nos ha dejado no pocos casos parecidos de uniones musicales de líderes en sus trabajos individuales que al juntarse no "aguantan" demasiado tiempo a causa precisamente del peso de cada uno.
No sé si este es (o será) el caso. La verdad es que con este tercer disco en la mano se pueden sacar algunas conclusiones: el primero, "Black Country", fue un disco total, impresionante y con sensación de bloque en sus miembros. Con el segundo, "2", aunque se mantenía el nivel altísimo del anterior, se notaba más el estilo Joe Bonamassa, tenía como más influencia y por ello en su momento dije aquí mismo que para eso ya teníamos su carrera en solitario. Ahora, con este "Afterglow", sin embargo, el protagonismo, o mejor dicho, la influencia la ejerce Glenn Hughes, parece un disco muy en su línea en solitario. Pero un gran disco ciertamente. Aunque tampoco supera al primero nos siguen ofreciendo un nivel altísimo que pocos pueden igualar.
Por ello, se concreten o no las previsiones, disfrutemos con esta banda que de momento nos ha dejado tres perlas en otros tantos años y encomendémonos a Kevin Shirley, productor y alma máter en la sombra de este grupo, para que consiga hacer pervivir algo que no queremos que se acabe.
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