Aunque editado a primeros de año, no había tenido oportunidad de escuchar hasta hace poco el nuevo disco de este holandés que ya cuenta con una apreciable experiencia discográfica a sus espaldas, pero que no termina de "romper" mercados que no sean el holandés donde sí se le tiene por una figura de primer orden.
En mi opinión, siempre subjetiva obviamente, el problema está en que falla la composición de temas. En este disco, todos los temas excepto tres, son de creación propia y qué casualidad que los tres ajenos son los mejores: "Shadow play", versión del tema del gran Rory Gallagher; "30 days in the hole", de los míticos Humble Pie y "Highway 61 revisited", el clásico de Bob Dylan. De los propios me quedo con un tema semiacústico titulado "Ain't backing down" que me parece muy bueno. El resto son temas simplemente pasables, pero como el tío es tan buen guitarrista y tiene tanta fuerza pues terminas por insistir en su escucha y te engancha.
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