Para qué complicarse la vida buscando otro título. Un día en Nashville... eso es lo que tardó Robben Ford en grabar este disco, en vivo, en los estudios Sound Kitchen de Nashville el pasado 2013. Se podría decir que cuando tiene compuesto material suficiente para editar un disco no puede resistir el materializarlo inmediatamente y de hecho así es como ha ocurrido en esta ocasión. Para ello se rodeó de una banda de músicos experimentados en estas lides y aquí esta el resultado: otro gran disco, en la línea del anterior "Bringing It Back Home", que satisface plenamente las expectativas que depositamos en su producción musical.
Son 9 temas (7 propios) de gran versatilidad interpretativa, desde el blues al R&B pasando por los vericuetos jazzísticos habituales. Junto a él, como segundo guitarra, Audley Freed (actualmente en la banda de Sheryl Crow), un impresionante Barry Green al trombón, Ricky Peterson en los teclados, Wes Little a la batería y Brian Allen en el bajo.
Un disco de continuidad, en su línea, y quizá sea esto su mejor virtud.
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