En ocasiones ocurre, a mi al menos me pasa, que determinados artistas consiguen conquistar su parcela dentro de las preferencias personales, pero que no terminan de echar las suficientes raíces como para elevarse al olimpo de los elegidos. En mi caso es lo que me pasa con Tommy Castro, siempre me ha parecido un excelente músico y sus grabaciones a lo largo de su ya dilatada carrera han mantenido un gran nivel, pero... no sé explicar muy bien por qué pero la realidad en que no lo tengo en la cabecera de mi cama musical.
Con este disco parece poner un punto y seguido en su historial. Aparece con nueva banda (The Painkillers) aunque alguno de sus integrantes ya es antiguo compañero de escenario, abandona los metales que habitualmente han adornado sus canciones centrándose más en lo eléctrico y por añadidura aparece rodeado de colaboradores de primer orden: Tab Benoit, Joe Bonamassa y Mark Karan añaden sus guitarras en algunos temas, Marcia Ball, Tasha Taylor, Mike Duke y Samantha Fish prestan su voz en otros, The Holmes Brothers intervienen en otro donde destaca la armónica de Magic Dick... en fin, un disco muy interesante, demasiado funky para mi gusto pero a tener en cuenta.
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