Posiblemente estemos ante uno de los mayores desconocidos del gran publico a pesar de que ya peina canas, no sólo física sino también musicalmente. Bien es cierto que buena parte de su vida la ha dedicado a ser músico "de alquiler" o de acompañamiento para otros artistas (Steve Winwood, Eric Clapton, ... por citar algunos de los más conocidos) pero cuando en 1992 se asoció con otros músicos para formar la banda Bobby Messano & New Blues Orchestra pareció querer dejar atrás esa vida de colaboracionista para iniciar su propio camino y desarrollar sus propias inquietudes musicales, siempre en la onda del blues-rock, que a fin de cuentas es lo que siempre había mamado.
El espaldarazo le llegó en 1998 con la publicación de aquel magnífico álbum que fue Dominion Roads en el que, además de su labor a la guitarra, destacaba su excelente voz en un entorno muy funky.
Pero vamos con este disco que nos presenta ahora. Ya no están los NBO, desconozco si de una manera definitiva, pero los músicos que ahora aparecen me da la impresión que se ajustan mejor a un entorno más "duro", menos funky, más cañero, que es como definiría el disco. Son 10 canciones de la que es autor de 9, puesto que una es la versión de Gypsy Eyes, de Jimi Hendrix, en las que nos confirma su buen hacer a la guitarra y voz y que hacen que echemos de menos el que sea un poco más prolífico en sus entregas musicales. Un buen disco, sin experimentos, sin sorpresas, pero que seguro que gusta.
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