Bien, como no sólo de blues vive el ser humano, y como además tampoco hay muchas novedades que merezcan la pena ser comentadas en ese palo, me apetece mucho comentar este nuevo disco, diez años después del último, que nos presenta Yes, la mítica banda de rock progesivo, eso sí, con nueva formación pero tratando de conservar su sello tan conocido y que creo que en muy buena parte lo consiguen.
La primera novedad a comentar es la de la incorpración de Benoît David como vocalista en una grabación pues con la banda lleva desde 2008, fecha en la que fue reclutado tras el agravamiento de la enfermedad respiratoria que padeció Jon Anderson y que le obligó a retirarse de la gira programada para ese año. La baja de Anderson auguraba serios problemas de sustitución dada la marca que en la historia de Yes ha dejado este magnífico cantante, pero por entonces recorría los escenarios una banda de tributo a Yes llamada "Close to the edge" (para que quedara claro de qué iban) y en la que su cantante, un canadiense llamado Benoît David, se movía en los registros de Anderson, salvando las diferencias. Pero cumple, ya lo creo que cumple.
El resto del grupo son Chris Square, Geoff Downes, Steve Howe y Alan White, todos ellos los suficientemente conocidos para ahorrarnos más comentarios. Precisamente esta formación es lo que hace que el disco suene más a lo que podríamos llamar la segunda etapa de Yes a partir de los '80, justo a partir de Drama.
El disco creo que despierta los sentimientos olvidados de la mítica banda y remueve el rescoldo que nos pueda quedar a los muchos seguidores de esta música. Está estructurado en torno al tema que aporta el título, "Fly from here", dividido en 6 partes, y que a su vez proviene de un viejo tema compuesto en su día, allá por los principios de los '80 por Geoff Downes y Trevor Horn (quien por cierto también colabora en el disco)
Merece la pena.
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