Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva formación en el clásico formato power trio compuesta por tres veteranos músicos sobradamente conocidos por haber formado parte durante toda su carrera de diferentes grandes figuras del panorama musical. Da la sensación de que se han cansado de trabajar siempre para otros, contribuyendo al brillo de sus grabaciones, pero que quizá les faltase el atrevimiento para intentar un camino más protagonista. La historia comienza en 2012 cuando el guitarrista Lance Lopez y el bajista y productor Fabrizio Grossi se encuentran y hablan de la posibilidad de comenzar juntos un proyecto que aunase sus inquietudes musicales, contactando a continuación con Billy Gibbons (ZZ Top) al que comentaron sus deseos. Éste no sólo les animó sino que se convirtió en un activo impulsor del objetivo co-escribiendo incluso algún tema para el disco que ahora tenemos entre manos. La incorporación del batería Kenny Aronoff fue el cierre del círculo que consolidó el nuevo grupo al que se bautizó como Supersonic Blues Machine.
Para el desarrollo de este disco han contado con la colaboración de un grupo de primeras figuras, pero como ellos mismos han aclarado no se trata de invitados especiales sin más: han buscado su implicación más allá de sus credenciales como músicos y todos han respondido magníficamente. Ellos son (aparte del mencionado Billy Gibbons): Warren Haynes, Chris Duarte, Eric Gales, Walter Trout y Robben Ford. Ahí es nada.
En cuanto al aspecto puramente musical no es que estemos ante una obra maestra, ni mucho menos, pero es un disco muy decente, de calidad y que al menos nos permite ver su futuro como banda con optimismo.
